Venezuela ha perdido el control de Citgo, su filial petrolera en Estados Unidos, tras una sentencia emitida por un tribunal en Delaware. Esta decisión permite la venta de Citgo, una de las principales fuentes de ingresos del país, a Elliott Investments, un fondo liderado por Paul Singer. El tribunal autorizó la venta para saldar una deuda de 7.300 millones de dólares que Venezuela mantenía desde hace años, resultado de viejos impagos y nacionalizaciones. Este fallo representa un duro golpe económico y estratégico para el gobierno venezolano, ya que Citgo cuenta con una vasta red de activos, incluyendo refinerías y estaciones de servicio en EE.UU.
La controversia no solo afecta al régimen de Nicolás Maduro, sino también a la oposición venezolana, que había controlado los activos de Citgo desde que Estados Unidos desconoció la legitimidad del gobierno de Maduro en 2019. La venta, que implica la transferencia de activos esenciales a un precio inferior al valor estimado de Citgo, ha generado tensiones políticas tanto dentro como fuera de Venezuela. Para Elliott Investments, esta decisión representa una importante victoria tras años de batallas legales, pero para Venezuela, la pérdida de Citgo podría agravar aún más su crisis financiera.
El contexto de esta venta se remonta a una serie de nacionalizaciones y deudas impagas que datan de la presidencia de Hugo Chávez. La falta de pago a los acreedores internacionales, junto con la gestión ineficiente de los activos petroleros del país, ha llevado a Venezuela a esta situación crítica. Aunque el gobierno de Maduro ha intentado recuperar el control de Citgo en los últimos años, los fallos judiciales en Estados Unidos han dificultado cualquier esfuerzo en ese sentido.
Citgo, ha sido un símbolo importante del poder petrolero de Venezuela en el extranjero. Sus activos incluyen tres refinerías y miles de estaciones de servicio en todo el territorio estadounidense, lo que la convierte en un recurso clave para cualquier estrategia de recuperación económica de Venezuela. Sin embargo, esta venta no solo marca el fin de una era para la empresa, sino que también subraya los retos que enfrenta Venezuela en el contexto de las sanciones y el aislamiento internacional.
Con esta venta, Venezuela pierde una de sus joyas más valiosas, y el país deberá replantearse cómo gestionar sus recursos en un entorno cada vez más adverso.
Fuentes: La Vanguardia La Vanguardia.