Vía actualidad RT
Tras las elecciones parlamentarias efectuadas el pasado 6 de diciembre de 2020, este 5 de enero asumió el mando de la Asamblea Nacional el grupo oficialista. Este jueves 7 de enero, Iris Varela, primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional, dio a conocer la creación de una Comisión Especial presidida por el diputado Brito para poder investigar las acciones acontecidas en el período 2016 – 2021 llevadas a cabo por miembros de la Asamblea Nacional y su directiva.
Varela expresó que “como Junta Directiva acordamos crear una comisión especial para que actúe la justicia en honor al sufrimiento y al daño causado al pueblo venezolano, que hagamos las cosas con la fuerza que nos da ser diputados de esta Asamblea Nacional”. Estimó que dicha tarea se llevaría a cabo en el transcurso de un mes y la comisión estará integrada por Vanesa Montero, quien es la segunda vicepresidenta, Hugbel Roa, primer vicepresidente y el diputado José Brito, presidente opositor. (Vía VTV)
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, también expresó que se debe evitar que sea una “comisión que trabaje en secreto, que promueva y acepte el olvido, la amnesia, tiene que ser una comisión que trabaje frente al pueblo de Venezuela, que escuche a las víctimas de estos desmanes”.
También, por otro lado, se creó la Comisión Especial para el Diálogo y la Paz, que será administrada por Rodríguez, junto con el diputado opositor Luis Martínez y Francisco Torrealba.
Diosdado Cabello, antiguo presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, manifestó que «cambia la situación del país con una Asamblea Nacional distinta a la que propició invasiones». Planean buscar una solución a la preocupante situación del dólar y a la caída de los precios del petróleo, así como un sustento legal a sus políticas económicas. Además, cuentan con el apoyo de China y Rusia, sin embargo, el bloqueo internacional le impide a Venezuela ingresar a los mercados internacionales en cuanto a finanzas y petróleo. (Vía BBC)
Durante todo este acontecimiento, la opinión internacional ha sido muy transparente en cuanto a su apoyo a Juan Guaidó y su reconocimiento a la nueva Asamblea Nacional. Países como Canadá, Estados Unidos, Noruega, Costa Rica, Japón y Uruguay constatan que “la falta de control electoral por parte de organismos internacionales, imparciales y responsables es un factor fundamental que ha viciado de nulidad el acto eleccionario por el cual se pretende investir a la nueva Asamblea Nacional”.
Expresan también que este acto no contó con otros factores imprescindibles para realizarse, como por ejemplo la existencia de libertad en cuanto a opinión y pensamiento político, por lo que su apoyo sigue firme en la Asamblea escogida en el año 2015.
Tras la victoria opositora hace casi seis años, Guaidó contó con una vasta mayoría de militantes, sobre todo al proclamarse presidente interino en enero del 2019, para hacerle frente al mandato del ejecutivo nacional. Como lo explica la BBC “Aquella acción logró el reconocimiento de más de medio centenar de países en su momento y fue la punta de lanza de una ofensiva más contra el gobierno de Maduro, al que tildaban de «usurpador» dado que no reconocían la reelección del mandatario de 2018.” (Vía BBC)
A través de sus redes sociales, Guaidó manifestó que no será reconocida esta nueva asamblea y que, a pesar de no contar con todos los diputados quienes anteriormente lo apoyaban, asegura que le dará continuidad a su búsqueda en obtener unas elecciones libres. El pasado martes 5, asimismo, estableció una sesión virtual en la cual se instituyó una Asamblea Nacional opositora con diputados de período expirado, pero que, aun así, dará continuidad a sus funciones administrativas, al desconocer el resultado obtenido el pasado 6 de diciembre.
El analista Vicente León expresó que “El gobierno va a tener la recuperación simbólica del hemiciclo, pero la oposición conserva el respaldo de 2015 de diferentes países como Estados Unidos, algunos de Europa y del Grupo de Lima”, lo cual podría ser una posible amenaza para el nuevo ciclo que inicia en el oficialismo, a pesar de sus fracturas internas.
Por Andreína Barboza