Vía Carta Capital
Brasil está viviendo la fase más crítica de la pandemia con récord de fallecidos, centros hospitalarios al borde del colapso, campaña de vacunación lenta y sin estrategia nacional para contenerla. Para este miércoles la nación brasileña registró un total de 1.910 muertes por covid-19, récord desde el primer caso reportado en febrero de 2020. El total de los fallecidos por coronavirus está cerca de 260.000, esta cifra solo ha sido superada por EEUU y los 10,7 millones de contagios.
“Por primera vez desde el inicio de la pandemia, se verifica en todo el país un agravamiento simultáneo de diversos indicadores”, manifestó días atrás la Fundación Fiocruz, del Ministerio de Salud. Brasil, vive un “escenario alarmante” debido al aumento de casos y muertes, además de síndromes respiratorios graves (SRAG). A su vez, existe una ocupación del 80% en las unidades de cuidados intensivos (UCI) en 19 de los 27 estados del país, explicó la institución.
En la última semana el promedio de fallecidos diarios fue de 1.331, esta cifra se mantenía hasta febrero cerca de los 1.100. En este sentido, Brasil no ha podido bajar de los 1.000 fallecidos diariamente por covid-19, como sucedió entre junio y agosto de 2020 durante la primera ola del virus. El número de decesos muestra que las restricciones de circulación emitidas por las autoridades como alcaldes y gobernadores no han sido suficientes para combatir la pandemia. Por esta razón, de acuerdo a los expertos el repunte del virus viene por la falta de distanciamiento social durante las celebraciones, además de las aglomeraciones que se dieron en el verano austral y el carnaval, aunque se conoció que las dos últimas fueron formalmente prohibidas.
Bajo este marco, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, este jueves volvió a imponer restricciones en restaurantes, playas y bares a partir de este viernes. Sao Paulo también accionó y a partir del sábado regresará a la “fase roja” de restricciones donde solo está permitido el funcionamiento de los servicios básicos como: salud, alimentación, transporte público, escuelas y se prohíbe abrir los centros comerciales, restaurantes y salas de espectáculo. Asimismo, en otros estados como Brasilia, Pernambuco, Rodonia, Mato Grosso y Acre las actividades fueron reducidas a los servicios esenciales, lo que quiere decir que los horarios de apertura de los comercios fueron limitados, además de eventuales toques de queda por la noche.
La vacunación contra el covid-19 en Brasil, un país con 212 millones de habitantes, lleva mes y medio y ha sido un proceso lento debido a la falta de dosis, hasta el momento solo han sido vacunados 7,4 millones de brasileños y solo 2,3 millones de ellos se les han aplicado la segunda dosis. La situación respecto a la vacunación “no es una sorpresa: se debe a no habernos preparado, porque este escenario estaba previsto; sabíamos que había una nueva variante y debió haber un lockdown”, explicó Isabella Ballalai, vicepresidenta de la Sociedad Brasileña de Inmunología (SBIM). Además, debido a la falta de coordinación por el gobierno federal algunos alcaldes y gobernadores han recurrido a la compra de vacunas por cuenta propia.
Secretarios de Salud de los estados pidieron este lunes que se implemente un toque de queda nocturno a nivel nacional y un “lockdown” en las zonas con más emergencia. Sin embargo, esto no apunta a la postura del presidente, Jair Bolsonaro, ya que por su parte promueve aglomeraciones con sus partidarios y pone en duda el uso de mascarillas y la eficacia de las vacunas. A su vez, critica a las autoridades que han aplicado medidas de aislamiento, pues de acuerdo a su criterio esto tiene un impacto económico.
Vía El Nacional.
Por Génesis Peña