El día 20 de enero aproximadamente a las 3:00 p.m. se produjo una explosión en un edificio de la calle Toledo, de la ciudad de Madrid, en una zona en la cual se encuentran varios edificios pertenecientes al arzobispado de la ciudad. La explosión ocurrió como consecuencia de una fuga de gas mientras se llevaba a cabo una inspección a la caldera del edificio.
Hasta los momentos hay confirmadas cuatro personas fallecidas, dos de ellos eran transeúntes, un electricista feligrés y un sacerdote. Por otra parte, hay once personas heridas, de las cuales solo una sola sigue hospitalizada. Este incidente destruyó los cuatro pisos superiores del edificio y también afectó a los que estaban alrededor; entre ellos un colegio y una residencia de ancianos que ya fue evacuada. (vía El País)
A los lados del edificio se ubican el colegio La Salle La Paloma y la residencia para ancianos Los Nogales. Ni los niños del colegio, ni los adultos mayores del ancianato resultaron heridos por la explosión. De hecho, dada la tormenta Filomena la mayoría de los espacios donde los niños y los ancianos disfrutan de sus momentos de recreación, están cubiertos de nieve, y es por esto que se mantuvieron dentro de las instalaciones y no sufrieron ningún daño. (vía El Mundo)
De acuerdo con Emergencias Madrid, técnicos del ayuntamiento y de la compañía de gas, colaborarán en la revisión del inmueble. Por ahora, están evaluando qué acciones se llevarán a cabo. José Luis Martínez, alcalde de Madrid, explicó en una entrevista para Antena 3 que se “va a desmontar controladamente las plantas más altas del inmueble, que son las que están más afectadas y que presentan riesgo de derrumbe”.
Por otra parte, el Samur Social dispuso de 20 habitaciones dobles de hotel para aquellos vecinos desalojados por la explosión, dado que, por los momentos, no pueden regresar a sus respectivas viviendas por un asunto de prevención y seguridad. Sin embargo, se espera que en los próximos días todos puedan regresar a sus hogares.
Por Ángela Solá