Los amotinamientos simultáneos que ocurrieron el martes 23 de febrero en varias cárceles de Guayas, Cotopaxi y la prisión de Turi, en Ecuador, causaron al menos 79 muertos, según lo confirmado por las autoridades del país.
El día miércoles los familiares de las 79 personas fallecidas se concentraron en horas de la mañana en la prisión de Guayaquil y en la morgue de la ciudad, para solicitar los restos de los reclusos que fallecieron como consecuencia de los enfrentamientos, considerados de los peores que han existido en la historia penitenciaria de Ecuador. (vía BBC Mundo)
“Sin precedentes lo que ha sucedido hoy” dijo Marcelo Cabrera, ex alcalde de Cuenca, haciendo referencia a las 34 muertes que se registraron en la cárcel de Turi, una de las más afectadas por estos enfrentamientos.
Para contener la situación de violencia en las cárceles del país, el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, tuvo que decretar el estado de excepción el las prisiones en los últimos dos años.
Edmundo Moncayo, director del Servicio Nacional de Atención Integral a las Personas Privadas de Libertad, le atribuyó estos motines al choque entre bandas delictivas, quienes luchan por una posición de liderazgo, luego de la muerte de uno de los líderes.
Varios factores se juntaron para que Ecuador viviera una de las crisis carcelarias más fuertes en su historia. Por una parte, está el aumento del narcotráfico; de acuerdo con varios medios de comunicación ecuatorianos, cinco bandas criminales están detrás de estos enfrentamientos: Los Pipos, Los Lobos, Los Chone Killers, Los Tiguerones y los Choneros. Estas cinco bandas están en disputa por el liderazgo vacante que existe luego de la muerte del líder de Los Choneros, Jorge Luis Zambrano. (vía El Nacional)
Con respecto a esto, Lenin Moreno, presidente de Ecuador, responsabilizó a bandas delictivas y comunicó vía Twitter que “Organizaciones criminales realizan acciones de violencia simultáneas en varios centros penitenciarios del país”. Poco tiempo después, Moreno le ordenó al Ministerio de Defensa que se “ejerciera un estricto control de armas, municiones y explosivos en los perímetros exteriores de los centros penitenciarios”.
Además del conflicto entre bandas, las mejoras en cuanto a temas de supervisión y vigilancia de la población carcelaria no es consecuente con el aumento de reclusos que existe, dado el aumento de narcotráfico en el país. Debido a la falta de recursos dada por medidas que se tomaron por la pandemia, el déficit en el personal encargado de garantizar la seguridad en las prisiones es del 70%; es decir, en Ecuador, un guía penitenciario debe cuidar aproximadamente a 27 reclusos, mientras que el estándar internacional es 9 reclusos por guía. (vía El Nacional)
En Ecuador hay 38.000 presos, cuando el máximo de capacidad de población carcelaria es de 28.300. Para poder reducir estos números, a principios de la pandemia de COVID-19 el gobierno conmutó sentencias de personas condenadas por delitos menos, lo cual hizo que la población carcelaria disminuyó entre 42% y 30%. El hecho de que haya tantas personas presas y poco personal de vigilancia genera una falta de control sobre los reclusos. (vía BBC Mundo)
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Por Ángela Solá